Trabajo en progreso
Nuestro programa de fiesta se encuentra a continuación.


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El Programa
Del Partido
1. En el actual régimen social capitalista se desarrolla una oposición, siempre en aumento, entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, dando lugar al enfrentamiento de intereses y a la lucha de clase entre proletariado y burguesía dominante.
2. Las presentes relaciones de producción están protegidas por el poder del Estado burgués, que constituye el órgano para la defensa de los intereses de la clase capitalista, cualquiera que sea la forma del sistema representativo y el uso de la democracia electiva.
3. El proletariado no puede quebrantar ni modificar el sistema de las relaciones capitalistas de producción de las que deriva su explotación sin el abatimiento violento del poder burgués.
4. El órgano indispensable de la lucha revolucionaria del proletariado es el partido de clase. El partido comunista, reuniendo en su seno la parte más avanzada y decidida del proletariado, unifica los esfuerzos de las masas trabajadoras, transformando las luchas por intereses de grupos y resultados contingentes en lucha general por la emancipación revolucionaria del proletariado. El partido tiene la tarea de difundir entre las masas la teoría revolucionaria, de organizar los medios materiales de acción, de dirigir en el desarrollo de la lucha a la clase trabajadora asegurando la continuidad histórica y la unidad internacional del movimiento.
5. Después del abatimiento del poder capitalista, el proletariado no podrá organizarse en clase dominante más que con la destrucción del viejo aparato estatal y la instauración de su propia dictadura, o sea, excluyendo de todo derecho y función política a la clase burguesa y sus individuos mientras sobrevivan socialmente, y basando los órganos del nuevo régimen sólo en la clase productiva. El partido comunista, cuya característica programática consiste en esta consecución fundamental, representa, organiza y dirige unitariamente la dictadura proletaria.
6. Sólo la fuerza del Estado proletario podrá poner en práctica sistemáticamente todas las sucesivas medidas de intervención en las relaciones de la economía social, con las que se efectuará la sustitución del sistema capitalista por la gestión colectiva de la producción y la distribución.
7. Por efecto de esta transformación económica y las consiguientes transformaciones de todas las actividades de la vida social, irá eliminándose la necesidad del Estado político, cuyo engranaje se reducirá progresivamente al de la racional administración de las actividades humanas.
Además de estos principios, han sido posiciones fundamentales de nuestra organización, respecto al mundo capitalista y el movimiento obrero, las siguientes.
8. A lo largo de la primera mitad del siglo XX, en el sistema social capitalista se fue dando, en el terreno económico, la introducción de los trusts monopolistas entre los empresarios, así como los intentos para controlar y dirigir la producción y los intercambios según planes centrales, hasta llegar a la gestión estatal de sectores enteros de la producción; y en el terreno político, el aumento del potencial policial y militar del Estado y el totalitarismo de gobierno. Todo esto, se consolidó en la segunda mitad del siglo, ya que aunque los países de capitalismo más avanzado tengan la máscara formal de la democracia, más formal que nunca, el proceso ha sido irreversible, y nunca han sido, lo decimos hoy y lo dijimos entonces, tipos nuevos de organización social, con carácter de transición entre capitalismo y socialismo, y mucho menos un retorno a regímenes políticos preburgueses: son por el contrario, formas precisas de una gestión aún más directa y exclusiva del poder y del estado por parte de las fuerzas más desarrolladas del capital. La continuidad hasta nuestros días de la integración en el aparato del Estado burgués de los sindicatos obreros, práctica copiada de los estados fascistas de antes de la Segunda Guerra Mundial, es un aspecto más que constata el proceso mencionado.
Tal proceso dejó fuera de lugar las interpretaciones pacíficas evolucionistas y progresivas del devenir del régimen burgués, y ha confirmado la previsión de concentración y posicionamientos antagonistas de las fuerzas de clase. Para que puedan reforzarse y concentrarse con el correspondiente potencial las energías revolucionarias del proletariado, éste debe rechazar como reivindicación suya y medio de agitación, el retorno ilusorio al liberalismo democrático y la petición de garantías legales, y debe liquidar históricamente el método de las alianzas con fines transitorios del partido revolucionario de clase, tanto con partidos burgueses y de las clases medias como con partidos seudoobreros con programa reformista.
9. Las guerras imperialistas mundiales han demostrado que la crisis de disgregación del capitalismo es inevitable, al darse un periodo en el que la expansión del capitalismo ya no impulsa el incremento de las fuerzas productivas, sino que condiciona su acumulación a una destrucción alterna y cada vez mayor. Estas guerras han causado profundas y repetidas crisis en la organización mundial de los trabajadores, y las clases dominantes han podido imponerles la solidaridad nacional y militar con uno u otro bando de la guerra. La única alternativa histórica para enfrentarse a esta situación es volver a suscitar la lucha de clase dentro de cada país, hasta llegar a la guerra civil de las masas trabajadoras para que caiga el poder de todos los estados burgueses y las alianzas mundiales, con la reconstitución del partido comunista internacional como fuerza autónoma de cualquier poder político y militar organizados.
10. El estado proletario, en cuanto que su aparato es un medio y un arma de lucha en un periodo histórico de transición, no extrae su fuerza organizativa de cánones constitucionales y de esquemas representativos. La máxima expresión histórica de su organización hasta ahora ha sido la de los Soviets (Consejos de los trabajadores), que apareció en la Revolución Rusa de Octubre de 1917 en el periodo de la organización armada de la clase obrera bajo la única guía del partido bolchevique, de la conquista totalitaria del poder, de la disolución de la asamblea constituyente, de la lucha para rechazar los ataques externos de los gobiernos burgueses y para aplastar en el interior la rebelión de las clases abatidas, las clases medias y pequeño burguesas y también de los partidos del oportunismo, indefectibles aliados de la contrarrevolución en las fases decisivas.
11. La puesta en práctica integral de la transformación económica y social no es concebible dentro de los confines de un solo país. La defensa del régimen proletario de los peligros de degeneración, ínsitos en los posibles fracasos y repliegues de dicha obra de transformación, sólo puede ser asegurada por una continua coordinación entre la política del Estado obrero y la lucha unitaria internacional del proletariado de cada país contra su propia burguesía y su aparato estatal y militar, lucha incesante tanto en situaciones de paz como de guerra, además de mediante el control político y programático del partido comunista mundial sobre los aparatos de Estado donde la clase obrera haya alcanzado el poder.



